ALIMENTOS ANTIINFLAMATORIOS

Dr. Karina Rosales Ortiz
About the Author

Dr. Karina Rosales Ortiz is a nutritionist who does research at the Department of Psychiatry, Vall d'Hebron Research Institute (VHIR) in Barcelona, Spain. She is investigating the effects of food patterns on adults with attention-deficit/hyperactivity disorder (ADHD).

Prof. Josep Antoni Ramos-Quiroga
About the Author

Prof. Josep Antoni Ramos-Quiroga is the Head of the Department of Psychiatry at the Hospital Universitari Vall d’Hebron and a PI at the Universitat Autònoma de Barcelona, Spain.

Image by Laura Montagnani from Pixabay

Los alimentos antiinflamatorios son aquellos que promueven niveles bajos de inflamación en el cuerpo. Por lo tanto, se consideran beneficiosos para la salud, incluida la salud mental.

La inflamación es la respuesta del sistema inmunitario del cuerpo contra factores externos que pueden poner en peligro su salud. Cuando este sistema siente que es atacado por algo que puede perjudicar su salud, activa unas moléculas, llamadas citoquinas, con el fin de neutralizar o evitar cualquier daño para que pueda estar a salvo.

¿Es perjudicial la inflamación? ¿Qué efectos provoca?

La inflamación no es algo malo, ya que su propósito es proteger el cuerpo, pero en algunos casos, cuando la duración de esta respuesta se prolonga demasiado -hablamos de años- puede causar efectos perjudiciales para la salud. Especialmente, el transporte activo de citoquinas al cerebro puede ser perjudicial a largo plazo. Puede producirse una inflamación cerebral si este proceso no se detiene por sí mismo en las primeras etapas. Esto desempeña un papel importante en el desarrollo de enfermedades mentales como el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), el autismo, la esquizofrenia, la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar (BD), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), donde se han encontrado niveles elevados de inflamación (1).

¿Qué causa la inflamación?

La inflamación puede producirse por diferentes factores. Algunos de ellos pueden ser: Patógenos, lesiones, estrés crónico y enfermedades como la dermatitis, la cistitis o la bronquitis, por mencionar algunas. Los factores nutricionales como el sobrepeso y la mala calidad de la dieta también pueden desencadenar este proceso al aumentar la acumulación de grasa en nuestras células y dañarlas (2). Los mecanismos exactos que intervienen en este proceso aún no están claros y se están investigando actualmente.

¿Qué disminuye la inflamación?

Las investigaciones han descubierto que seguir una dieta saludable, como la dieta mediterránea -que se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, cereales integrales, pescado, carnes magras y frutos secos- puede disminuir la inflamación y protegerle contra los síntomas depresivos y la ansiedad (3,4). Hay pruebas de que los prebióticos, los probióticos o los simbióticos también podrían ayudarte a reducir la inflamación. Además, se debe evitar el consumo de alimentos proinflamatorios, es decir, alimentos que se ha comprobado que aumentan el riesgo de inflamación, y con ello los trastornos mentales. Algunos de ellos son los carbohidratos refinados, las bebidas con mucho azúcar añadido como los refrescos, los zumos, las bebidas deportivas, la carne procesada y los alimentos con alto contenido en grasas saturadas (5).

¿Qué y cuáles son los alimentos antiinflamatorios?

Los alimentos antiinflamatorios son el contraste de los alimentos proinflamatorios. Se trata de alimentos que se ha descubierto que promueven o inducen niveles bajos de inflamación en nuestro cuerpo, lo que puede protegernos contra los trastornos neurológicos. En resumen, estos alimentos incluyen frutas, verduras, aceite de oliva, pescado y especies como la cúrcuma. Esto es lo que TÚ puedes hacer para minimizar la inflamación y mejorar tu salud mental.

Alimentos a evitar o limitar  Alimentos para aumentar su consumo  
Carnes procesadas: beicon, salchichas, salami y jamón
Bebidas azucaradas: zumos de frutas, sodas azucaradas, bebidas deportivas, energéticas y alcohólicas
Carbohidratos refinados: tartas, pasteles, galletas, avena instantánea, pan blanco y pasta.
Productos diarios con alto contenido en grasas saturadas: quesos curados, cremas y helados, leche entera, yogures edulcorados
Chocolate blanco
Comida rápida
Fritos
Limitar la carne roja a 300 g/semana
Alimentos salados: comidas preparadas, galletas saldas, salsas enlatadas o embotelladas como de soja, pescado o pasta  
Frutas Verduras
Frutos secos y semillas: almendras, avellanas, cacahuetes sin sal
Cereales integrales: avena, maíz, quinoa, pan integral, arroz y pasta integrales
Carnes magras: pavo y pollo sin sal
Legumbres: soja, lentejas y guisantes
Pescado graso: sardinas, salmón, caballa, rodaballo, arenque
Chocolate negro (con moderación)
Diariamente: yogur natural desnatado sin edulcorantes artificiales, leche desnatada, queso freso o requesón
Aceite de oliva y olivas sin sal
Aguacates